sábado, 9 de diciembre de 2006

Cohesión

COHESIÓN

1. Lave y saque las semillas de seis manzanas. Póngalas dentro de una asadera.


RELACIONES DE COHESIÓN


1. Referencia

referencia



(situacional) (textual)
exófora endófora
(al texto precedente) (al texto siguiente)
anáfora catáfora



Exófora

2. ¿Te llama la atención mi reloj? ¿Verdad que es lindo?
Mario Benedetti: “Un reloj con números romanos”

Anáfora

3. -¿El jardinero regó mis plantas?
-Él dijo eso.

4. Ahí estaba el palito. La hormiga estuvo un rato junto a él ... (L. 68)

Catáfora

5. Esto es lo que hay que hacer para obtener buenos resultados: analizar el problema y buscar soluciones en conjunto.


6. Lo dijeron y lo repitieron esclarecidos portavoces de Algo: “Se acabó la escritura. La literatura está condenada a morir. De ahora en adelante solo existirá la cultura del Ruido y de la Imagen”
Mario Benedetti: El ruido y la Imagen


1.1. Referencia personal

1.1.1. Los personales

7. En la ruta, hasta ese instante libre, apareció una colilla aplastada. La bordeó lentamente ... (L. 22-23)

8. Entonces Daniel contestó:
- Yo no voy.

9. Por un instante la hormiga quedó inmóvil sobre el papel color crema. Luego, sus patitas delanteras tantearon el terrón. Retrocedió, después se detuvo. (L. 45)


1.1.2. Los Posesivos

10. Por un instante la hormiga quedó inmóvil sobre el papel color crema. Luego sus patitas delanteras tantearon el terrón. (L. 4-5)


1.2. Referencia demostrativa

1.2.1. Los demostrativos (este, ese aquel)

11. El palito quedó horizontal, aunque algo oblicuo con respecto al cuerpo de la hormiga. Esta hizo un movimiento brusco y entonces la carga quedó mejor acomodada. (L. 70-73)

1.2.2. Los adverbios demostrativos

12. Le llevó varios segundos rehacerse, escalar el lado opuesto de la hendedura y reaparecer en la superficie del siguiente tablón. Ahí estaba el palito. (L. 66-68)

1.2.3. El artículo .

13. Un terrón de azúcar había resbalado desde lo alto, quebrándose en varios terroncitos (...) Luego sus patitas delanteras tocaron el terrón. (L. 2-5) (mismo ítem)

14. La hormiga se detuvo, exactamente en el punto en que la superficie por la que marchaba cambiaba de color. Las seis patas hollaron una N. (L. 15-18) (elemento que permite anáfora)


1.3. Referencia comparativa

15. El capitán golpeó la mesa. Tal reacción no era esperable en él.

16. Los perros de mi vecino ladraban sin cesar. El mío lo hacía menos estrepitosamente

2. Sustitución


2.1. Nominal


17, Mi marido se llevó dos autos . Yo me quedé con uno.

18. Mi maletín es muy pesado. Voy a comprarme uno liviano.


2.2. Verbal


19. ¿Guillermo leyó el periódico ? – Sí, lo hizo.


3. Elipsis

20. María peló una naranja y Juan una pera.

21. -¿Cuántos goles hizo? – Por lo menos hizo tres.


3.1. Nominal

22. Admitieron a veinte aspirantes y rechazaron a cincuenta.


3.2.Verbal

23. La hormiga avanzó hacia él, esta vez con parsimonia como midiendo cada séxtuple paso. (L. 43-44)

- falta un componente verbal

24. ¿Estuviste nadando? Sí estuve.

25. ¿Qué estabas haciendo? Nadando.

- falta el componente léxico

26. - No creo que puedan conseguirlo.
-Podremos si nos esforzamos.




4. Cohesión léxica

4.1. Repetición

27. Era un trocito de algo, un palito acaso tres veces más grande que ella misma. Retrocedió, avanzó, tanteó el palito, se quedó inmóvil durante unos segundos. (L. 33-35) del (mismo ítem léxico)

28. En la ruta, hasta ese instante libre, apareció una colilla aplastada. La bordeó lentamente, y cuando reapareció por el otro lado del pucho, la superficie se había vuelto nuevamente oscura ... (L. 22-24) (por un sinónimo)

29. Su mujer le rogaba que cortara la tuna. Ya se había lastimado varias veces con la planta. (por un superordinado)

30. No había visto a su cuñado en muchos años. El hombre se había ido sin dejar rastros. (por una palabra general)

31. El palito quedó horizontal, aunque algo oblicuo con respecto al cuerpo de la hormiga. Esta hizo un movimiento brusco y entonces la carga quedó mejor acomodada. (L. 70-73)

32. Un muchacho está trepando al árbol.

Ese muchacho se va a caer si no tiene cuidado (idéntica)
Estos muchachos siempre hacen travesuras (inclusivo)
Hay otro muchacho mirando (excluyente)
A muchos muchachos les gusta trepar a los árboles (no relacionado)

33. Era un trocito de algo, un palito acaso tres veces más grande que ella misma. Retrocedió, avanzó, tanteó el palito, se quedó inmóvil durante unos segundos. (L. 33-35)

34. La hormiga, reinició la marcha sin desviarse jamás de la ruta hacia el zócalo. Las otras hormigas, con sus respectivos víveres, habían desaparecido por algún invisible agujero. (L. 53-55)


4.2. Colocación

35. La hormiga cayó sobre sus patas y emprendió una enloquecida carrerita en círculo. Luego pareció tranquilizarse. (L. 28-29) (opuestos)

36. Por qué este niño se mueve todo el tiempo? Las niñas no se mueven tanto. (complementarios)

37. El domingo se levanta temprano para ir a misa. Los sábados se queda leyendo en la cama hasta el mediodía. (misma serie)

38. ... las rendijas que separaban los tablones del piso. (L.47) (...) La hormiga reinició la marcha, sin desviarse jamás de su ruta hacia el zócalo. (L. 53-54) (difíciles de clasificar)

5. Conjunción


39. Hubo una gran batalla. La tormenta de nieve siguió a la batalla.


40. Por un instante la hormiga quedó inmóvil sobre el papel color crema. Luego, su patitas delanteras tantearon el terreno. (L. 4-5) (Temporal)


41. Las patas delanteras se estiraron, en un primer intento de alzar el azúcar, pero fracasaron. Sin embargo, el rápido movimiento hizo que el terrón quedara mejor situado para la operación de carga. (L. 8-11) (adversativa)


42. Lo dijeron y lo repitieron esclarecidos portavoces de Algo: “Se acabó la escritura. La literatura está condenada a morir. De ahora en adelante solo existirá la cultura del Ruido y de la Imagen . Y comenzó la planificada destrucción.” (aditiva)

Mario Benedetti: El ruido y la Imagen


43. No cometo la indelicadeza de preguntarle cómo entró. Puede haber perdido los documentos, claro. (causal)
Mario Benedetti: La otra orilla


44. Lo cierto es que a partir de ese momento el viejo y la vieja pasaron como tres meses sin hablarse. Mamá me sugería en voz alta: “Decile a tu padre que te dé dinero para la leche.” Y el viejo también tenía su iniciativa : “Decile a tu madre que hoy no vendré a cenar”. Por supuesto, Clarita no se apreció más por nuestro hogar, dulce hogar... (continuativa)

Mario Benedetti: La otra orilla

Descripciones 1

DESCRIPCIÓN DE LA CASA DEL FUTURO

La casa que Bill Gates, el supermillonario genio de la informática, se ha mandado construir esconde entre sus paredes los más sofisticados y revolucionarios adelantos técnicos. El gran “cerebro” de esta mansión sabe exactamente quiénes son sus ocupantes y dónde están en todo momento. Conoce cuáles son sus gustos musicales, artísticos y de temperatura ambiental y anticipa la llegada de cualquiera de ellos a una estancia encendiendo la luz, el termostato, el aparato de música y un proyector de imágenes que decora las paredes con sus lienzos favoritos. La casa de Gates es mágica y sorprendente, pero nada comparado con la que está desarrollando un equipo de científicos del departamento de arquitectura del Massachusetts Institute of Technology (MIT), dirigidos por Chris Luebkeman y Kent Larson. Esta nueva casa, además de conocer los gustos de sus moradores cuidará de su salud. Dispondrá de un sistema electrónico capaz de llamar a una ambulancia cuando alguien sufra un ataque al corazón o de avisar a un diabético de que sus niveles de azúcar están bajando. Para ello se utilizarán los sistemas digitales más avanzados.
El proyecto se desarrolla en tres frentes de acción: tecnologías que permitan a la casa hacerse sensible a las necesidades de sus habitantes, el diseño de la construcción y los sistemas de visualización digital que ayuden en este proceso de diseño. Este tipo de viviendas que, según los investigadores dentro de tan sólo diez años podrá estar al alcance de cualquier familia de clase media, serán de gran ayuda para los discapacitados, los ancianos y las personas enfermas.

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La máquina retórica - esquema - Aristóteles por Barthes

LA MÁQUINA RETÓRICA
(Problemas de la argumentación)

Algunos conceptos de “La antigua retórica”
Roland Barthes
Serie Comunicaciones
Investigaciones retóricas I
Traducción hecha en Barcelona 1982 sobre
la edición francesa Editions du Seuil, Paris, 1966


1. LA INVENTIO

1.1. Descubrimiento y no invención

- consiste en extraer argumentos de un lugar
- consiste en un método: echar la red de las formas argumentativas sobre el material con una buena técnica y convertirlo en un excelente discurso
- lo espontáneo no produce nada

1.2. Convencer / emocionar

- se trabaja sobre dos grandes líneas: una lógica y otra psicológica
- convencer: aparato lógico o pseudo-lógico > la probatio: las pruebas tienen su propia fuerza, no interviene lo psicológico
- emocionar: pensar las pruebas según el humor de quien debe recibirlo: moviliza pruebas subjetivas, morales

1.3. Pruebas intra-técnicas y pruebas extra-técnicas

- se definen como razones probatorias, vías de persuasión, medios de crédito, mediadores de confianza (FIDES)
- se basa en la tejné: institución especulativa de los medios de producir lo que puede ser o no ser, lo que no es científico ni natural

1.4. Pruebas fuera- de-la-tejné (fuera del orador)

- el orador solo puede compaginarlas, hacerlas valer por una disposición metódica
- son pruebas de la realidad que pasan directamente a la dispositio, no se pueden inventar
- se clasifican en:
a. juicios anteriores, jurisprudencia
b. los rumores, el testimonio público, el consenso de toda una ciudad
c. las confesiones bajo tortura
d. las piezas: contratos, acuerdos, transacciones, relaciones forzadas (robo, asesinato, bandidaje, afrentas)
e. el juramento
f. los testimonios: en realidad de poetas antiguos o proverbios: son CITAS.
- forman parte de lo judicial pero sirven también a lo privado
- son elementos constituidos del lenguaje social que ingresan directamente al discurso sin ser transformados

1.6. Pruebas dentro-de-la-tejné

- son razonamientos que dependen enteramente del razonamiento del orador
- exige, entonces, una práctica del orador
- exige una operación doble:
a. exemplum (inducción): produce una persuasión más suave
b. entimema (deducción): tiene el vigor del silogismo
- tanto la inducción como la deducción son no científicas
- las dos vías son obligatorias: todos los oradores, para lograr persuadir, demuestran mediante ejemplos o entimemas (Aristóteles)

1.7 El exemplum (analogía)

- consiste en una inducción retórica: se pasa de un particular a otro particular por el eslabón implícito de lo general; de un objeto se infiere la clase
- puede tener cualquier dimensión: una palabra, un hecho, un conjunto de hechos
- constituye un argumento por analogía en donde están comprendidos los contrarios
- se subdivide en:
a. real: ejemplos históricos y mitológicos
b. ficticio:
· la fábula: narración
· la parábola: comparación corta: “no hay que escoger los magistrados por sorteo, como tampoco a los atletas y a los pilotos”

1.8 La figura ejemplar: el imago

- constituye una nueva forma del exemplum
- designa la encarnación de una virtud en una figura (Catón)
- hay una colección de figuras ejemplares que tienen éxito en la Edad Media: ¿existe actualmente? Parece que sí.
- cumple con la vocación estructural del exemplum: fragmento separable que expresa un sentido, constituyen ejemplos destinados a persuadirnos: Churchill, Juan XIII

1.9. Argumenta

- existe la ambigüedad de la palabra argumento que es significativa
a. tema de una fábula, acción articulada, en Cicerón, algo ficticio que pudiera ocurrir (verosímil, plausible)
b. Quintiliano: “manera de probar una cosa por otra, de confirmar lo que es dudoso por lo que no lo es”, es decir un razonamiento impuro, fácilmente dramatizable, que participa a la la vez de lo intelectual y de la ficción, de lo lógico y de lo narrativo
- el aparato de los argumenta se inicia con el entimema (del griego, enthymema: toda reflexión que se tiene in mente)

1.10 / 1.13 El entimema

- tiene dos significaciones sucesivas
a. aristotélicos: un silogismo fundado en verosimilitudes o signos y no sobre lo verdadero y lo inmediato; es un silogismo retórico, desarrollado únicamente a nivel del público, a partir de algo probable, es decir, de lo que el público piensa; es una deducción de valor concreto, por oposición al silogismo que es abstracto; busca obtener la persuasión, no la demostración; las premisas son verosímiles y no verdaderas
b. a partir de la Edad Media es definido por el carácter elíptico de su articulación: es un silogismo acortado; se pueden suprimir una o dos premisas o la conclusión porque es incontestable y por tanto conservada in mente (en thymo). Es un silogismo perfecto en la mente, pero imperfecto en la expresión.
- se parte de un punto que no necesita ser probado para llegar a otro que precisa serlo
- hay que contar con la ignorancia de los oyentes y explotarla dando al oyente de que la superó por sí mismo
- en este sentido el entimema no es un silogismo truncado por carencia, hay que dejar al oyente el placer de completarlo
- halaga la vanidad de aquellos a los que se habla apelando a su inteligencia
- el entimema no trata de certezas científicas sino de certezas humanas:
a. lo que cae bajo los sentidos: los indicios seguros (tekmeria)
b. aquello sobre lo que los hombres están generalmente de acuerdo, lo establecido por las leyes, lo que ingresó en los usos: lo verosímil (eikos)
c. los signos: una cosa que permite entender otra (semeia)

1.14 El tekmerion, indicio seguro

- constituye el signo necesario o “signo indestructible”: una mujer ha dado a luz, es indicio seguro de que ha tenido relaciones con un hombre
- esta premisa se acerca mucho a la que inaugura el silogismo científico, aunque no se apoya más que en una universalidad empírica
- funciona perfectamente en las obras llamadas “de masa” ya que movilizan “evidencias”
- la “certeza” pública, sin embargo, depende del “saber” público

1.15 El eikos, lo verosímil (segundo punto de partida del entimema)

- idea general que se basa en el juicio que elaboran los hombres a base de experiencias e inducciones imperfectas (lo preferible para Perelman)
- en Aristóteles consta de dos núcleos:
a. lo general (no ocurre necesariamente) opuesto a lo universal (como necesario), es un general humano determinado por la opinión del mayor número
b. lo verosímil admite lo contrario de sí: lo contrario nunca es imposible y por eso, el retórico, plantea un algo que lo excusa de los ojos de la ciencia (las máximas se pueden rebatir, por ejemplo)

1.16 El semeion, el signo (tercer punto de partida del entimema)

- constituye un indicio más ambiguo: rastros de sangre hacen suponer que hubo un crimen pero no es seguro
- para que el signo sea probatorio, se precisan otros signos concomitantes
- para que el signo no sea polisémico hay que recurrir al contexto

1.17 Práctica del entimema

1.18 El lugar, topos, locus

- hay que encontrar premisas porque la retórica tiene que responder a la pregunta ¿qué decir?
- la Tópica supone que las premisas pueden ser extraídas de ciertos lugares
- según Port Royal, los lugares son “ciertos artículos generales a los que se pueden remitir todas las pruebas de que nos servimos en las diversas materias que tratamos”
- para acordarse de las cosas hay que acordarse del lugar en que se hallan
- los lugares no son argumentos mismos sino los lugares en que se ubican
- Cicerón: los argumentos provenientes de los lugares se presentan a las causas a tratar como las letras para escribir: son la reserva del alfabeto
- encontramos tres maneras de caracterizar la Tópica:
a. es un método
b. es una red
c. es una reserva

1.19 La Tópica: un método

- según Aristóteles fue una selección de lugares comunes de la dialéctica, del silogismo basado en lo probable (en Tópica anterior a su Retórica)
- Aristóteles hace de él un método: “nos pone en condiciones, ante cualquier tema propuesto, de ofrecer conclusiones sacadas de razones verosímiles”
- es el arte, en tanto saber organizado, de encontrar argumentos

1.20. La Tópica, una red

- proceso al que se somete la materia que se quiere transformar en discurso persuasivo
- para encontrar argumentos, el orador “pasea” su tema a lo largo de una red de formas vacías y del contacto con cada una de ellas surge un argumento del entimema
- se ha usado pedagógicamente como ejercicio “útil”: quis? (a quienes) quid? (lo qué) ubi? (dónde) quibus (con quiénes) auxiliis?(con qué auxilio) cur?(por qué?) quomodo? quando?
- La Tópica es una partera de lo latente

1.21. La Tópica: una reserva

- las formas vacías tendieron a llenarse de contenidos primero contingentes, luego repetidos y rieficados
- se transformó en una reserva de estereotipos, de temas consagrados
- los lugares comunes se pueden entender, entonces, de dos maeras:
a. formas vacías comunes a todos los argumentos
b. estereotipos, proposiciones remanidas
- algunos lugares deificados:
a. topos de la modestia: el orador se declara aplastado por su tema
b. topos del puer senilis: el adolescente dotado de sabiduría perfecta o del viejo que luce la belleza y la gracia de la juventud
c. topos del locus amoenus: el paisaje ideal fijo, independiente del contexto
d. los adunata: topos que describe como súbitamente compatibles fenómenos, objetos y seres contrarios > mundo trastocado > el lobo que huye ante las ovejas (Virgilio)
- son fragmentos arrancables, movilizables, transportables
- son los elementos de una combinatoria sintagmática
- permiten conclusiones estereotipadas

1.22 Algunas Tópicas

a. Tópica oratoria: comprende tres tópicas: la tópica de los razonamientos, la tópica de las costumbres, la tópica de las pasiones
b. Tópica de lo risible: defectos corporales, defectos mentales, incidentes, aspecto exterior, etc.
c. Tópica teológica: Escrituras, Padres, Concilios
d. Tópica sensible o tópica de la imaginación: propiedades, cualidades y relaciones de los individuos (Vico habla de universales de la imaginación): lo ascensional, lo cavernoso, lo torrentoso, lo chispeante, lo durmiente, etc.

1.23. Los lugares comunes

- para Aristóteles los lugares comunes no son estereotipos con contenido, sino por el contrario, lugares formales que al ser generales son comunes a todos los temas
a. lo posible / lo imposible: ¿la cosa puede haber sido hecha o no? ¿podrá serlo o no? Si ha sido posible que una cosa comenzara, es posible que terminara
b. existente / no existente (real / no real): si una cosa no apta para advenir, advino, una cosa apta, advino con seguridad
c. más / menos: hay grandes posibilidades de que X le haya pegado a sus vecinos ya que golpea a su propio padre

1.24. Los lugares especiales

- son lugares correspondientes a temas determinados, verdades particulares, proposiciones especiales, aceptadas por todos
- son las verdades experimentales vinculadas con la política, el derecho, las finanzas, la marina, la guerra, etc.

1.25. La tesis y la hipótesis: causa

- es lo que constituye la questio
- puede ser planteada de dos maneras:
a. posición o tesis: pregunta general, abstracta, pero precisa, referida sin ningún parámetro de lugar o tiempo > ¿hay que casarse?
b. la hipótesis: es una pregunta particular que implica hechos, circunstancias, personas, un tiempo y un lugar > ¿X debe casarse?

1.26. Estatus causae

1.27 Las pruebas subjetivas o morales

- cumplida la probatio (conjunto de pruebas lógicas sometidas a la finalidad de convencer), hay que ver las pruebas subjetivas (parte de la inventio) y remontarnos a las pruebas subjetivas o morales, las que dependen del conmover.
- Platón: hay que encontrar discursos adaptados a los distintos tipos de almas
- Pascal: hay que descubrir el movimiento interior del pensamiento del otro
- Para Aristóteles es una psicología proyectada: tal como todo el mundo la imagina, no lo que el público tiene in mente sino lo que el público cree que los otros tienen in mente
- constituye un psicología verosímil
- Aristóteles clasificó las pasiones no según lo que son sino según lo que se cree que son: no las describe científicamente sino con argumentos utilizados en función de las ideas del público
- las pasiones son lugares, premisas
- las pruebas psicológicas se dividen en:
a. ethé: los caracteres, los tonos, los aires
b. pathé: las pasiones, los sentimientos, los afectos

1.28. Pathé, los sentimientos

- refiere a los sentimientos del que escucha
- la opinión del público es el dato primero y último
- una red de pasiones es en realidad un conjunto de opiniones: la cólera es lo que todo el mundo piensa de la cólera, la pasión no es más que lo que se dice de ella

2. LA DISPOSITIO

- los materiales de la Inventio son ya fragmentos de lenguaje que hay que colocarlos en un orden fatalmente irreversible, que es el del discurso

2.1. La egressio

- la egressio o digressio es un fragmento ornamental, fuera de tema o que se vincula con un nexo muy débil y cuya función es hacer brillar al orador; la mayoría de las veces es un elogio de lugares o de hombres
- se terminó poniendo entre la narratio y la confirmatio

2.2. Estructura paradigmática de las cuatro partes

demostratio



exordio narratio confirmatio epílogo


pasional
- exordio y epílogo buscan conmover
- la narratio y la confirmatio buscan convencer: hechos de la razón

2.3.El comienzo y el fin

- en el exordio el orador debe lanzarse con prudencia
- en el epílogo el orador ya no se contiene
- tiene una forma arcaizante y se toleró el discurso sin exordio según la regla in medias res e incluso recomendar finales abruptos

2.4.El proema

- es el preludio de los que tocan la lira que, antes del concurso, ensayan y aprovechan para ganarse al jurado
- se vincula con la “solemnidad” aterradora de romper el silencio
- en realidad, es una inauguración reglada del discurso

2.5.El exordio

- tiene dos momentos:
a. la captatio benevolentiae o intento de seducción del auditorio al que inmediatamente se trata de captar con una prueba de complicidad que refiere a la doxa: opinión general
b. la partitio: anuncia las partes, el plan a seguir

2.6.El epílogo

- está vinculado al hecho de saber si un discurso termina
- se necesita un signo que dé cuenta de ello
- presenta dos niveles:
a. el nivel de las cosas: se trata de retomar y resumir
b. el nivel de los sentimientos: es una conclusión patética, llorosa: en Roma, el abogado muestra un puñal ensangrentado, huesos asomados a una herida, etc.

2.7 La narratio

- es el relato de los hechos intervinientes
- está concebido desde el punto de vista de una prueba
- es la exposición de algo que se ha hecho o se pretende que se ha hecho
- no es un relato novelesco sino una prótasis argumentativa
- presenta dos caracteres:
a. desnudez: solo debe ser clara, verosímil y breve
b. su funcionalidad: prepara la argumentación, la mejor es la que su sentido está oculto; incluye dos tipos de elementos, los hechos y las desccripciones

2.8.Ordo naturalis / ordo artiicialis

- supone una sola regla estructural: el encadenamiento verosímil
- el orden es natural si se cuentan los hechos en el mismo orden en que sucedieron, es artificial si se parte, no del comienzo de lo que pasó, sino del medio

2.9.Las descripciones

- las descripciones han sido fuertemente codificadas
a. topografías o descripciones de lugares
b. cronografías o descripciones de tiempos, de períodos, de edades
c. prosopografías o retratos

2.10. La confirmatio

- constituye la exposición de argumentos, es aquí donde se enuncian las “pruebas” elaboradas en el curso de la inventio
- puede incluir tres elementos:
a. propositio: definición concentrada de la causa
b. la argumentatio: es la exposición de razones probatorias, tienen un orden: hay que comenzar con las razones fuertes, continuar con las débiles y terminar con las muy fuertes
c. la altercatio: diálogo muy vivo con el abogado, constituye una interrupción en la confirmatio


3. LA ELOCUTIO

- constituye la tarea de “poner en palabras” el discurso
- es la lexis o elocutio

3.1. Evolución de la elocutio

- en su estado canónico define un campo que abarca todo el lenguaje; incluye a la vez nuestra gramática y lo que se llama la dicción, el teatro de la voz
- la mejor traducción de elocutio es quizás, no elocución, sino enunciación o estrictamente, locución

3.2. La red

- la oposición madre el paradigma y el sintagma
a. elegir las palabras
b. reunirlas (compositio)

3.3. Los “colores”

- la electio implica que en el lenguaje se puede sustituir un término por otro
- toda sustitución puede producir un segundo sentido (connotación)
- estas sustituciones se denominan tropos (conversiones)
- la idea de “adornos” o “colores” supone un nivel puro, desnudo, un estado normal de la comunicación a partir del cual se puede elaborar una expresión más complicada, elaborada, adornada. Mientras que el estado original es inerte, el segundo está vivo, adornado, expresa colores, luces.

El campo mostrativo del lenguaje

EL CAMPO MOSTRATIVO DEL LENGUAJE

UNA INTRODUCCIÓN AL COMPORTAMIENTO DE LOS PRONOMBRES[1]

Carlos Hipogrosso
LICCOM – Instituto de Lingüística FHCE – IPA

El estudio de los pronombres ha tenido desde siempre sus dificultades. La mayor ha sido considerar como pronombre aquello que es capaz de sustituir, sin discusión, a un nombre. Este concepto es por lo menos inexacto y no ha dejado de ser un obstáculo, en tanto preconcepto, a la hora del estudio gramatical.

En efecto, los pronombres personales de primera y segunda persona no pueden estar en lugar de ningún nombre. Basten estos ejemplos para comprobar esta afirmación:

a. Yo trabajo en la enseñanza pública.
b. Carlos trabaja en la enseñanza pública.
c. Tú has sido siempre un maestro preocupado por la realidad social de tu país.
d. Juan ha sido siempre un maestro preocupado por la realidad social de su país.

Como muestran los ejemplos de a, b, c y d, desde el punto de vista lingüístico parecería incorrecto afirmar que en a “yo” está en lugar de “Carlos” tal como aparece en b y que el “tú” de c pueda estar en lugar del “Juan” que es sujeto del enunciado d. En efecto, si esta correspondencia fuera exacta las desinencias verbales no variarían. Sin embargo, lo que se comprueba es lo contrario: los enunciados a y b no pueden considerarse equivalentes ni desde el punto de vista de las relaciones sintácticas ni desde el de el punto de vista del hablante. Mientras el primero muestra una concordancia del verbo con la primera persona, el segundo muestra una concordancia con la tercera; mientras en el primero el punto de vista del hablante expresa un juicio sobre sí mismo, en el segundo el punto de vista del hablante expresa un juicio sobre un tercero. Las mismas consideraciones se pueden hacer respecto de los enunciados c y d pero respecto de la segunda y la tercera persona.

Estos ejemplos intentan dar cuenta de que los pronombres no están siempre en lugar de un nombre. Es más, las relaciones sintácticas que establecen los pronombres personales de primera y de segunda persona del singular no pueden ser expresadas a través de ningún nombre. Estas relaciones del pronombre con el nombre se complejizan aún más cuando consideramos otro tipo de deícticos como los posesivos.

Sin embargo el pronombre es considerado desde siempre como una clase o tipo de palabra. Esta afirmación no está puesta en duda por el hecho de que no se pueda definir a esta clase como “aquella palabra capaz de sustituir a un nombre”. Es probable que dichos signos tengan un rasgo en común que haya hecho que los gramáticos de todos los tiempos les hayan consignado un estudio particular y específico.

Parecería ser que la teoría de Karl Bühler (Teoría del lenguaje) sobre el campo mostrativo y el campo simbólico del lenguaje daría cuenta de este rasgo que es común a todos los signos que se denominan “pronombres” o “signos pronominales”.

En este trabajo se intentará hacer una aproximación a dicha teoría para que, en próximas presentaciones se proponga, tomando en cuenta este sustento teórico, una descripción del funcionamiento de los pronombres del español.

Según Bühler, entre los signos lingüísticos hay algunos que funcionan como indicadores y pertenecen al campo mostrativo del lenguaje.

Esta función deíctica[2] del lenguaje no es únicamente privilegio de lo que la gramática reconoce tradicionalmente como pronombres. Una preposición como tras precisa también de un punto de referencia desde el cual se la pueda medir como pasa en la iglesia tras la casa del párroco, la misma "determina la posición de una cosa partiendo de otra".[3] (Bühler, K. 1950:176)

Lo mismo ocurre con las desinencias verbales que sirven para retomar en el discurso algo que se ha mencionado antes o señalar exofóricamente[4] a un participante o a alguien aludido en el acto comunicativo.

Los artículos, por su parte, cumplen con la misma propiedad por su parentesco diacrónico[5] con los pronombres. Un ejemplo de este comportamiento en los artículos lo podemos encontrar en estos enunciados:

· Juan no vino en auto. El suyo estaba sin nafta y el de sus padres se había roto ese mismo día.

En el segundo enunciado de este ejemplo, tanto el artículo “el” del sintagma “el suyo” como el de “el de sus padres” presentan problemas. Para algunos se encuentra elíptico el sustantivo “auto” (el auto suyo / el auto de sus padres). Sin embargo, para los que no les satisface la teoría de la elipsis, el artículo “el” se comporta como un pronombre que retoma anafóricamente el sustantivo “auto” como lo hacía su antecesor latino. Los análisis que estas dos interpretaciones generan son distintos. En el primer caso, el núcleo del grupo sintáctico nominal sigue siendo “auto” (aunque esté elíptico se recupera), mientras que en la segunda interpretación el núcleo del mismo es el artículo que, como un pronombre, retoma al sustantivo antecedente.


Campo mostrativo y campo simbólico

Para Bühler es necesario distinguir la deixis (mostración) de la denominación. Mientras la primera está en la base de lo que se ha identificado como el campo mostrativo del lenguaje, la segunda se identifica con el llamado campo simbólico; mientras la primera privilegia la capacidad indicativa del lenguaje (señalar algo del mundo o del discurso), la segunda tiene una función básicamente representativa. Se entiende como función representativa aquella que es puramente conceptual. Si tomamos el signo “casa”, el mismo no señala nada del mundo a no ser que se encuentre inserto en un acto de habla específico, o sea que se esté usando para señalar un individuo determinado de la realidad gracias al uso de un artículo o de un pronombre: la casa, esta casa, aquella casa.. Mientras dicho signo no sea actualizado en un uso particular de un locutor, simplemente representa conceptualmente a la clase, o sea al conjunto de individuos que tienen las propiedades comunes que entendemos están en el concepto “casa”.

Sin embargo, los "deícticos" son también signos. Aquí y allí, por ejemplo, 'designan' en tanto 'nombran' un dominio, un 'lugar geométrico'. Refieren un lugar en torno de quien habla. Otros signos, señala Bühler, manifiestan también esta característica: "la palabra hoy nombra de hecho el compendio de todos los días en que puede ser dicha, y la palabra yo todos los posibles emisores de mensajes humanos, y la palabra tú la clase de todos los receptores como tales." (ibid:151)

Pero existe una diferencia entre estos y los demás signos del lenguaje. Tal distinción radica en su capacidad indicativa o mostrativa que se manifiesta en todo hecho discursivo.


Tipos de deixis

Bühler reconoce distintas formas de presentarse esta mostración o deixis.

1- Se puede "mostrar" ad oculos, esto es, indicar por el lenguaje algo que esté presente en el campo perceptivo de los interlocutores (alguien que hace una autorreferencia con el pronombre yo siempre y cuando esté perceptible para el otro). Este tipo de mostración se ha definido en la nota 3 como exofórica. El caso de los pronombres (y de las desinencias verbales) de primera y segunda persona son siempre exofóricos porque señalan al hablante y al oyente en cualquier situación. No mantienen lazos cohesivos[6] dentro del discurso. Sin embargo puede encontrarse una excepción. Esta es el uso del estilo directo[7]. En el ejemplo: Juan preguntó: “¿yo tengo algo que ver?” , el nombre “Juan” establece un lazo cohesivo con “yo” a pesar de ser un pronombre en primera persona. Lo mismo pasa con la segunda persona en el uso del estilo directo.

2- Sin embargo, es posible también una mostración de lugares en el discurso. Las lenguas indoeuropeas recurren a las mismas palabras que para la demostratio ad oculos, "la referencia se realiza en conjunto con ayuda del mismo aparato de demostrativos." (ibid:196) Es decir, se utilizan los mismos pronombres tanto para señalar exofóricamente como endofóricamente (ver nota 3).

Se pueden usar anafóricamente los mismos "mostrativos" aún cuando lo dicho prescinda de la situación: "Con este y aquel (o aquí y allí, etc.) se remite a lo recién tratado en el discurso, con el que (aquel que) se anticipa lo que se va a tratar en seguida. Esto se llama desde antiguo anáfora." (ibid:195). (ver nota 3)

Esto supone que tanto emisor como receptor "tienen presente la fluencia del discurso como un todo" (ibid: 196), y que sus "partes se pueden retener y anticipar" (ibid:196). Los actores del discurso pueden recorrerlo del mismo modo que la mirada recorre ópticamente un objeto que se encuentra a su alcance, es decir, los elementos que establecen lazos en el discurso permiten retomar componentes del mismo sin tener que recurrir a la repetición (aunque a veces esta exista y tenga incluso una fuerza estilística). La anáfora es un mecanismo por el cual se retoma lo que ya se ha dicho mediante un recurso léxico o gramatical que permita la identificación de un referente ya mencionado en el discurso.

Por ejemplo, en Será competencia de la Dirección de cada establecimiento educacional, fijar para cada uno de los docentes de su instituto los grupos en los que debe dictar sus clases, según el número de horas semanales que se le haya asignado, el pronombre su retoma anafóricamente la Dirección de cada establecimiento educacional asignándole un rol de "poseedor" (en el sentido gramatical del término). Los pronombres sus y le remiten sin embargo al sintagma cada uno de los docentes retomándolo anafóricamente, el primero asignándole también ese carácter de poseedor y el segundo no.

3- Hay por último un tercer modo de mostración que se caracteriza como deixis en phantasma. Cuando un narrador quiere llevar al oyente o lector al mundo de lo ausente evocado o al reino de la fantasía lo hace también con el uso de "mostrativos".

Sin embargo, los recursos extralingüísticos (la situación propiamente dicha) de la demostratio ad oculos no existen en la mostración en fantasma: "El que es guiado en fantasma no puede seguir con la mirada la flecha de un brazo con el índice extendido por el hablante, para encontrar allí el algo; no puede utilizar la cualidad espacial de origen del sonido vocal para hallar el lugar de un hablante que dice aquí; tampoco oye en el lenguaje escrito el carácter de la voz de un hablante ausente, que dice yo. Y, sin embargo, le son ofrecidos esos y otros demostrativos, en rica multiplicidad, incluso en el relato intuitivo acerca de objetos ausentes y por narradores ausentes". (ibid:200)

Bühler pone el ejemplo de un relato en donde se hable, por ejemplo, de las márgenes derecha e izquierda del Rhin o del Sena; dichas indicaciones del narrador ocasionan a veces dificultades al lector cuando no se encuentran explicitados, a través de mostrativos adecuados, los presupuestos que tiene en mente quien organiza el discurso.

Indicaciones de dirección como delante, detrás, a la derecha, a la izquierda, deberán interpretarse respecto de un punto de referencia específico igual que en la situación perceptiva primaria (es decir, cuando estamos en la situación y no en el discurso) pero por medio de mecanismos lingüísticos que permitan que el destinatario sea ‘llevado’en el recorrido que el organizador del discurso intenta transmitir.

El destinatario podrá comprenderlas si logra ser traspuesto, es decir, si logra captar el punto de referencia desde el que parte el relato o la descripción. Esta operación es particularmente difícil en tanto el destinatario, en el texto escrito, es presupuesto, calculado por el destinador como un receptor ideal capaz de interpretar las señales lingüísticas que el constructor del discurso ha dejado en forma de huellas en el devenir de su discurso.

A la mostración en fantasma no le faltan los recursos mostrativos naturales en tanto que existen como trasposiciones. Estas constituyen un refinado juego que permite "mostrar" lingüísticamente en fantasma. Cuando el narrador señala El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien metros, encajonan fúnebremente el río.[8], construye un aquí desde donde se ubica el yo para señalar un allí, lugar de un él (el río), alejado respecto de la perspectiva que propone como hablante. Es decir, el descriptor sólo puede operar con un “allí” respecto de un “aquí” desde el que habla y por tanto su “yo” se impone como un punto de referencia que el lector debe asumir para comprender cuál es el punto de vista que se le impone[9].

Estos tres tipos de mostración, que no constituyen únicamente un privilegio de los pronombres como lo muestran los adverbios aquí o allí, tendrían, según Bühler un elemento en común: "el dedo índice, el instrumento natural de la demostratio ad oculos, es sustituido por otros recursos indicativos; y se lo sustituye incluso al hablar de cosas presentes". (ibid:139) Estos son recursos lingüísticos que están disponibles para el hablante en el repertorio de su lengua. Son elementos claves en la cohesión textual.

Para Bühler son tres los "mostrativos" que manifiestan la condición de origen: aquí, ahora y yo. Este origen, o punto de referencia a partir del cual los mostrativos tienen sentido, se puede representar como el punto cero o punto “O” (inicial de origen) que es cruce de dos ejes axiales, origen de las coordenadas que establece el hablante en una locución específica, punto de partida desde el que se interpretan los "demostrativos".





O





Este sistema de coordenadas inaugura un escenario particular desplegado a partir de un punto de referencia. Por esto es frecuente en la narrativa que el cambio de hablante implique también un cambio de perspectiva donde los juegos entre los varios yoes, aquíes y ahoras se instauran como un desafío para el oyente o el lector.

Un "demostrativo" tiene una amplia capacidad referenciadora limitada únicamente en un acto concreto de referenciación. Cuando se dice “aquí” o “ella”, el campo conceptual de ese “aquí” y de ese “ella” es muy amplio y lo podríamos parafrasear como “cerca del hablante” en el primer caso y “aquella de la que se habla” en el segundo. Sin embargo, su capacidad referenciadora solo se hace evidente cuando son puestos en relación con un punto de referencia, un hablante que está en un “aquí” desde el cual habla y una realidad, persona o estado de cosas del cual habla.

Sin embargo es a partir de su capacidad mostrativa o deíctica y no de su capacidad referenciadora que se pueden empezar a entrever las características específicas de los pronombres.

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[1] Revista de la Educación del Pueblo, Nº 89, marzo – abril 2003, Montevideo.
[2] O sea la capacidad de señalar algo. El campo mostrativo del lenguaje es el que tiene esta capacidad: a través de una palabra se señala o se muestra algo de la realidad o del propio discurso.
[3] Algunos gramáticos han hablado de “significado ocasional” entendiéndose como significado una referencia (capacidad que tiene el lenguaje de señalar algo del mundo) que solo es determinable contextualmente.
[4] Se habla de exófora cuando una palabra señala un elemento de la situación. Por ejemplo, si alguien dice a su interlocutor indicando cuál es la herramienta que precisa “alcanzame ésta y no aquella” y señala los objetos del mundo a los cuales se refiere, se dice que dicho señalamiento es exofórico. Por el contrario, se habla de endófora, cuando se retoma algo del discurso que ya se ha mencionado anteriormente. Esto se puede hacer en español con elementos deícticos como los pronombres y las desinencias verbales. En el ejemplo “Juan no ha podido venir hoy. Él se encontraba indispuesto”, tanto el pronombre “él” como la desinencia en tercera persona del singular del verbo “encontraba” retoman endofóricamente a “Juan”.
Los elementos endofóricos pueden ser catafóricos o anafóricos. Son catafóricos cuando la referencia del elemento pronominal se determina con una palabra que ocurre después en el discurso y son anafóricos cuando la referencia se encuentra antes en el discurso. Un ejemplo de este segundo caso es el ya citado de “Juan” retomado por el pronombre “él” y por la desinencia verbal. Un caso de referencia catafórica sería el que se describe a continuación. Supongamos que una novela empieza de la siguiente manera: “Ella estaba destrozada esa mañana del lunes. Alicia no estaba acostumbrada a beber y trasnochar los domingos”. Aquí el pronombre “ella” se desambigua a través del nombre “Alicia” del segundo enunciado, es decir, dicho pronombre señala hacia adelante.
[5] Se habla de “diacronía” cuando se considera el lenguaje a través del tiempo. Como los artículos del español provienen de pronombres del latín algunos gramáticos explican ciertos comportamientos de los primeros por su parentesco histórico con los segundos.
[6] La cohesión es una relación entre enunciados que permite dar cuenta de que los mismos constituyen un texto, es decir, un conjunto organizado que tiene textura y por tanto es interpretable.
[7] Se habla de estilo directo cuando la voz narrativa deja de contar y permite que la voz del ‘personaje’ se manifieste por sí misma. Tomando en cuenta que este es un fenómeno recurrente podemos afirmar que, en general, la mayoría de los textos son polifónicos (dejan percibir varias voces).
[8]Horacio Quiroga, Cuentos de amor, de locura y de muerte, "A la deriva".
[9] El cambio del punto de vista es un recurso muy conocido en la narración. De hecho el lector no puede conocer fehacientemente del mundo ficcional más allá de los datos que proporcionan las voces organizadoras del relato. El mundo del relato es un mundo de palabras que presentan un punto de vista escogido de antemano. Hay ciertos relatos que confían su eficacia al punto de vista escogido. Así por ejemplo la novela “Quién de nosotros” de Mario Benedetti presenta ‘los mismos acontecimientos’ a través de tres puntos de vista, el de la esposa, el del esposo y el del amante. Por supuesto, aunque los acontecimientos parezcan ser los mismos, la relación semántica entre los mismos y, por tanto el mundo representado, no lo son. En el relato de H. Quiroga considerado en este apartado, el final sorpresa conseguido por el narrador está en función del continuo cambio de punto de vista, una técnica que el escritor trabaja eficazmente para ‘engañar’ al lector.

Tipología de los textos escritos

TIPOLOGIA DE LOS TEXTOS ESCRITOS[1]


Carlos Hipogrosso
Marisa Malcuori
Universidad de la República
Instituto de Lingüística


1. Este trabajo surge del proyecto de investigación Organización de los Discursos en Español (ODE) que es dirigido por Sylvia Costa y Marisa Malcuori y que se está llevando a cabo en el Departamento de Teoría del Lenguaje y Lingüística General del Instituto de Lingüística de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
El objetivo de una tipología textual no debe ser necesariamente contemplativo de una realización específica, oralidad/escritura, pero la perspectiva tipológica elegida por quienes trabajan en este proyecto contempla, en cierta medida, dicha realización.
El propósito de esta exposición es presentar algunas consideraciones teóricas con respecto al problema general de la tipologización de textos, caracterizar dos tipos específicos de textos y analizar dos producciones textuales a la luz de estos elementos.


2. Una de las primeras dificultades que se presenta al trabajar con textos tiene que ver, precisamente, con qué es lo que se entiende por "texto" y qué es lo que se entiende por "discurso". La literatura existente usa con distintas acepciones ambas palabras y muchos autores suelen manejarlas como sinónimos lo que tiende a confundir a los lectores no especializados. Para ser coherentes a lo largo de este trabajo, se explicitará qué es lo que se entiende por cada término:
"El texto es el aspecto terminal de la acción discursiva. Es el producto efectivo de una praxis regulada, la del discurso. El discurso, en cambio, es la dinámica estructurante de textos. Mientras que el texto puede caracterizarse desatendiendo a su producción, la noción de discurso reclama la atención sobre el origen, sobre lo que lo hizo posible" (Costa, S., A. Bolón y A. Rona, 1992:44).
Esta distinción está basada en la que, procedente de Aristóteles, hace el lingüista Humboldt entre 'ergon' y 'energeia'. El 'ergon' es el fin en la medida que hacia él se dirige y en él se perfecciona la 'energeia'. En esta tesis de carácter finalista, la 'energeia' constituye la fuerza estructurante que ya contiene y supone el resultado, el producto de dicha actividad.
A modo de ejemplo, mientras que las prácticas estructurantes de una sociedad en un momento histórico determinado constituyen sus modos discursivos, las realizaciones concretas entendidas como productos de dicha praxis, constituyen los textos que el período considerado ha generado. 'Texto' y 'discurso' son, entonces, dos fenómenos que se explican uno al otro.


3. Una tipología supone el concepto de intertextualidad, es un texto que habla de otros textos. Según H. Isemberg debe cumplir con ciertos requisitos:
a. homogeneidad
b. monotipia
c. rigor
d. exhaustividad
La base de tipologización exige como requisito fundamental el primero ya que a todo principio organizativo se le debe exigir como mínimo una estructuración coherente.
Una tipología no será coherente si se sigue como criterio, por ejemplo, el de agrupar textos periodísticos por un lado, y textos narrativos por otro, ya que el criterio escogido no es coherente porque, entre otras cosas, el texto periodístico puede en sí mismo ser narrativo. Esto no quiere decir que no se puedan superponer distintas tipologías, cuyas diferentes bases sean homogéneas, para caracterizar a un texto determinado.
Es necesario distinguir, con este propósito, la noción de 'clase de texto' de la de 'tipo de texto'. Mientras la primera es conscientemente intuitiva, preteórica, la segunda implica necesariamente una serie de requisitos contemplados por la tipología en cuestión.


4. La base de tipologización elegida para este trabajo se funda en las relaciones de enunciación que se dan en dos tipos de textos específicos: la descripción y la narración.
Se partió de las nociones que E. Benveniste (1979:83-86) expone en su trabajo ya clásico El aparato formal de la enunciación, por considerarlas más apropiadas para el evento en que se presentó esta disertación.
Benveniste define la enunciación como un acto individual por el cual un locutor se apropia de la lengua, la actualiza e instaura un auditor, destinatario o receptor. El término yo será aquel que denote al individuo que profiera la enunciación, postulando un tú como alocutario. Estos son "individuos lingüísticos" creados en una puntual realización de la lengua. El yo de la enunciación instaura un tiempo, el presente de la enunciación, "que se renueva en cada producción". Los demás tiempos son relativos a este presente que se constituye en punto de referencia, origen de los demás tiempos proferidos.
Los términos 'locutor' y 'auditor' suponen una realización oral y pueden ser sustituidos por 'destinador' y 'destinatario' con el fin de no imponer restricciones. Todo texto, según esta concepción, tiene entonces un destinador y un destinatario, explícitos o no, más o menos específicos, postulados desde y por la estructuración lingüística. Si una carta que le dirige una persona a un amigo supone dos sujetos lingüísticos bien específicos, un libro de ciencia pensado para un nivel terciario supone un destinador que domina un saber específico y que lo estructura lingüísticamente para un destinatario ideal del que se presupone cierto grado de conocimiento sobre el tema.
Los términos 'destinador' y 'destinatario', pueden postularse como 'descriptor' y 'descriptario' en el caso de la descripción y como 'narrador' y 'narratario' en el caso de la narración:

DESTINADOR --------------------------> DESTINATARIO
DESCRIPTOR --------------------------> DESCRIPTARIO
NARRADOR --------------------------> NARRATARIO

4.1 El descriptor estructura un texto llamado 'descripción' postulando a un tipo especial de receptor, el descriptario. Esta concepción que es tomada de P. Hamon (1991) le da a la descripción una jerarquía específica que hasta ahora le había sido negada sobre todo por la retórica. Para este autor, una descripción es:
"... la puesta en equivalencia, en un texto de una expansión predicativa y de una condensación deíctica o denominativa ... puede definirse como una unidad del/de texto, continua o discontinua, paratáctica (el 'catálogo', el 'inventario') o sintáctica (un texto), permutable en ciertas condiciones con un deíctico ('esto', 'ella'), y con un nombre (propio o común) ..." (1991:87).
La estructura de la descripción, según este autor, es una jerarquía que supone una lista, la declinación de un paradigma. Al elemento superior en dicha jerarquía se le denomina pantónimo. La 'descripción' exige en el destinatario dicha 'jerarquía' como un tipo de competencia de una operación específica. Hamon entiende que el texto descriptivo:
"reenvía perpetuamente al lector a su facultad de comprender sistemas jerarquizados; por ejemplo, en el sistema descriptivo de la 'casa', los términos 'chimeneas', o 'techo', o 'peldaño de escalera' ... serán sentidos sin duda como unidades integrantes del término primatario (y no necesariamente prioritario o primero en el orden del texto) 'casa', como subordinados al término sincrético-sintético 'casa' ... La descripción es entonces una especie de clasificación por factor común de un contenido o de una pluralidad léxica" (1991:54).
Es ese "término primatario" el que se denomina 'pantónimo'. La descripción supone la puesta en marcha de un saber particular, saber del mundo y saber del léxico, "cuadrícula" ordenadora de una porción del mundo que no está en sí misma jerarquizada, sino que lo hace a partir de esa competencia específica. La relación que hay entre el descriptor y el descriptario es asimétrica y de carácter didáctico. El primero, poseedor del saber, lo transmite desplegando paradigmas, poniendo a prueba la competencia lexicográfica del segundo. Hamon presenta al descriptor del siguiente modo:
"El personaje descriptor, por su parte, está más bien del lado de los sabios austeros y poco elocuentes, de los científicos encerrados en su saber, de los libros en tanto se oponen a la vida, del saber almacenado en lo que se opone a la imaginación viva, de las cosas en tanto se oponen a los seres vivos, de las estructuras en lo que éstas se oponen a la aventura. Si no es un sedentario, se trata de un viajero, un turista, un explorador, alguien que está cumpliendo una misión científica o que viaja para aprender o para llenar un espacio vacío dentro del saber institucionalizado. Se inclina por la clasificación escrita más bien que por la palabra, clasifica, organiza y disciplina su texto en lugar de dejarlo a la deriva, está más cerca del metalenguaje que del lenguaje, de la exhaustividad y de la legibilidad que del suspenso y el interés novelesco ... (1991:46).
De lo anterior se desprende que para el niño y para el adolescente, la descripción es un texto de difícil elaboración en la medida en que no poseen el repertorio lexicográfico (competencia lingüística y metalingüística) de los saberes particulares que cada texto descriptivo requiere. Cuando la descripción sustituyó al exemplum narrativo fue porque se vio en ella la posibilidad de enseñar en un texto de relativa autonomía secciones homogéneas de vocabulario.

4.2 El narrador estructura otro tipo específico de texto, la 'narración' que, postula a su vez, su propio destinatario, el narratario.
La estructura de la narración supone relaciones semánticas lógico-causales que son independientes de la manifestación de superficie. Se narran hechos; estos hechos no 'acontecen' simplemente como en la vida, sino que son ordenados por un principio que sostiene que cualquier hecho hi fue originado como consecuencia de que existió antes un hecho hi-1. El esquema de la narración podría representarse como
ho > h1 > h2 > h3 ............ > hf,
donde ho representa el hecho que generó la narración, el signo > representa la relación causal, hf el hecho final y los hi intermedios, los hechos que se suceden, en orden lógico causal, desde el origen hasta el final de la narración.
Es este tipo de relación subyacente al texto de superficie el que hace al texto narrativo más fácilmente reconvertible a otros códigos o sistemas semióticos (la novela se lleva al cine, se resume para un público masivo, se convierte en un 'comic').
Esta estructura, siempre repetida, es un saber mucho más universal que la de la descripción ya que depende de estructuras lógicas del pensamiento y se manifiesta en el niño en etapas muy tempranas: al chico le gusta oir cuentos y suele contar lo que vivió o inventa historias que comparte con sus pares, sus padres, sus maestros, etc.
Mientras que la descripción supone la transmisión de un saber, la narración prepara el campo del entretenimiento. El saber narrativo supone, además, una estructuración binaria (partida implica regreso, pobreza implica riqueza) mucho más universal y compartida que la de los saberes particulares a los que nos remite cualquier descripción.

4.2.1 Deberá precisarse que en este trabajo, NARRACION es un término técnico concebido por Labov y Waletzky (apud Labov, 1982:225) que da cuenta de uno de los instrumentos lingüísticos de que disponen los hablantes para la recapitulación de la experiencia pasada. Esto se vuelve posible a través de la regla básica de secuenciación narrativa (Labov y Fanshel apud Labov, 1982:225), que permite inferir el orden de los sucesos pasados del informe que el hablante ha dado de los mismos a través de las proposiciones que ha usado para referirlos.
Como se puede apreciar, esta manera de enfocar la narración denuncia el interés de centrar el objeto de estudio en narraciones orales y en las estrategias que los narradores utilizan en la organización discursiva. El objeto de estudio queda así definido dentro de la perspectiva de la disciplina en la que trabajan los autores aquí elegidos para ilustrar el punto.
Sin embargo, se podrá apreciar como la estructura que se desprende de este estudio es también aplicable a narraciones escritas.
Además, el punto de vista que elige Labov para definir la narración está en consonancia con la idea que tiene sobre el punto Hamon, ya que atiende, como se mencionó, a esas estructuras que se dan con independencia de las manifestaciones de superficie:
"Traducible (Balzac en ruso), trasladable (Balzac en cine), capaz de ser resumida (Balzac en 'Diggest'), una estructura narrativa es siempre en su estructura profunda más o menos independiente de su manifestación semiótica y de sus modos estilísticos" (Hamon, 1991:48)
Es también Hamon el encargado de mostrarnos como ambos textos suponen y esperan dos tipos de destinatarios muy distintos, dependientes de la estructuración de los mismos, la jerarquía en la descripción, la concatenación lógico-causal en la narración:
"En una narración, el lector espera contenidos que pueden deducirse en mayor o en menor medida; en una descripción espera la declinación de un surtido léxico, de un paradigma de palabras latente; en una narración, espera una terminación, un 'terminus'; en una descripción, espera términos. El texto apela entonces a la competencia léxica del lector más que a su competencia 'sintáctica' ... despliegue de una lista a la espera en la memoria del lector ... memoria de los surtidos léxicos 'in absentia' para ser 'reconocidos' más que comprendidos'" (1991:49).
Según Labov, la narración consta de seis partes: resumen, orientación, complicación de la acción, evaluación, resolución, y, coda o moraleja. A continuación se explicitará qué se entiende por cada una de estas partes.

RESUMEN
Es opcional, hay narraciones que no presentan resumen. Generalmente inaugura la narración. Proporciona un sumario de la historia, sugiere brevemente los hechos destacables. El foco del resumen es normalmente el mismo que el del conjunto de la narración, pero no necesariamente (sobre todo en las narraciones orales). Así por ejemplo una persona puede dirigirse a otra diciéndole, "no sabés lo que me acaba de pasar, me robaron en el ómnibus", centrando el foco del resumen en el hecho que motiva la narración. Sin embargo, después de esta parte preparatoria, el narrador puede centrar su atención en otro acontecimiento, por ejemplo en el pánico que sintió después del robo al sentirse particularmente amenazado por el ladrón por algún movimiento delatorio suyo.

ORIENTACION
Esta parte contiene información sobre el tiempo, el lugar, los participantes y su comportamiento anterior o simultáneo a la primera acción. Esta información normalmente se encuentra al comienzo, pero puede darse más adelante en el curso de la narración. Según Carmen Silva Corvalán, el tiempo más frecuente en español es el imperfecto (descripción de lugares, personas, cosas y demás condiciones necesarias para orientar al oyente/lector). También se usa el presente "cuando los rasgos descritos son INDEPENDIENTES de los hechos descritos en la narración" (1987:271).

COMPLICACION DE LA ACCION
Es el entorno esquelético dado por las proposiciones narrativas, constituye la espina dorsal de la narración. Las proposiciones narrativas recapitulan experiencias pasadas en el mismo orden en que se supone que ocurrieron los hechos.
Hay juntura temporal entre dos proposiciones cuando de un cambio en el orden de dichas proposiciones resulta un cambio en la secuencia temporal de la interpretación semántica original. Las proposiciones que pueden trasladarse sin alterar la interpretación de la secuencia temporal no son proposiciones narrativas.
A título de ejemplo se puede apreciar la diferencia que existe entre A y B:

A.
a. Le disparó un tiro y robó su cartera.
b. Robó su cartera y le disparó un tiro.
B.
a. Mientras me estaba bañando sonó el teléfono.
b. Sonó el teléfono mientras me estaba bañando.
Mientras en el caso A, el cambio en el orden de las proposiciones produce una alteración en la interpretación semántica original de los hechos, no sucede lo mismo en el caso B.

EVALUACION
No es estrictamente una parte - un trozo clausurado en sí mismo - sino que está conformada por todas las secciones o fragmentos en que el narrador usa medios para que la historia sea interesante destacando la importancia de los sucesos de la narración.
El contraste entre lo que ocurrió y lo que no ocurrió pero podría haber sucedido es un recurso evaluativo frecuente en las narraciones orales: "Hubo un choque en la esquina y uno de los coches entró a la panadería haciendo añicos el mostrador. Cinco minutos antes yo había ido a comprar bizcochos".
Son también recursos evaluativos frecuentes las negaciones, los futuros, las modalizaciones y las comparaciones.
En español, según Carmen Silva Corvalán, el uso del presente histórico tiene una función claramente evaluativa en las narraciones orales.

RESOLUCION
Es el resultado de la narración y responde a la pregunta ¿qué pasó finalmente?.

CODA O MORALEJA
Esta parte, al igual que el resumen, es opcional, no todas las narraciones la presentan.
Aquí se muestra el efecto de los sucesos. Mientras la coda realiza generalmente un final canónico ('y colorín colorado ...'), la moraleja deja una enseñanza, 'mensaje' explícito de carácter didáctico que se supone aprovechará el destinatario.


5. Los textos que van a ser analizados son Los dos reyes y los dos laberintos de Jorge Luis Borges y una producción anónima de un alumno de segundo año liceal (ver apéndice). Se trata en ambos casos de textos narrativos.

5.1 La narración de Borges no contiene un resumen, tal como ha sido definido anteriormente. Si bien el título en algún sentido podría ser entendido como un resumen, constituye más bien una gran catáfora hacia todo el texto.
La orientación aparece entre las líneas 1 y 5. Allí se presenta información sobre el tiempo en que se desarrollarán los acontecimientos, "en los primeros días", sobre el lugar, "las islas de Babilonia", y sobre las entidades participantes, "un rey" y "un laberinto", ambas introducidas con un presentador indefinido.
Dentro de la orientación hay una instancia de evaluación constituida por los atributos con que se califica al laberinto, "tan perplejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían".
El enunciado "Esa obra .... de los hombres" (entre las líneas 5 y 8) funciona también como una clara evaluación: esta es la historia de alguien que se atrevió a desafiar a Dios intentando emularlo y, por lo tanto, vale la pena contarla.
La complicación de la acción se extiende entre las líneas 7 y 24, "Con el andar.......que te veden el paso". Comienza con la llegada del otro participante que es presentado en otra instancia de orientación dentro de la complicación, "un rey de los árabes", y se cierra con una breve descripción de los dos laberintos.
En la descripción del primer laberinto aparece el pantónimo, la palabra "laberinto", y la expansión léxica que nombra sus elementos constitutivos: "escaleras", "puertas", "muros". El segundo es descrito por la negativa: no contiene ninguno de los elementos constitutivos de un laberinto.
Obsérvese que la serie de negaciones al respecto del segundo laberinto constituye, nuevamente, una instancia de evaluación: ¿qué extraordinario laberinto es ese que siéndolo no posee, sin embargo, los elementos propios de todo laberinto? Esta evaluación es una perfecta clausura de la complicación y crea una enorme expectativa antes de la resolución.
Hay una perfecta armonía de las instancias evaluativas; aparecen inmediatamente antes de comenzar la complicación y como clausura de ella.
En las líneas 25 y 26 se presenta la resolución, "Luego le desató ...... sed" que, como se había dicho anteriormente, responde a la pregunta ¿qué pasó finalmente?
Por fin, la línea 26 y 27 contienen la moraleja.

5.2 La narración del alumno liceal, al igual que la de Borges, no contiene resumen.
La orientación aparece entre las líneas 1 y 3. Ofrece información sobre el tiempo en que se desarrollará la acción, "la temporada de carnaval", el lugar, "allí", y los personajes participantes, "yo", "mis padres". Los imperfectos "estaba", "faltaba", "iban" están al servicio de la orientación como es característico en español.
Entre las líneas 4 y 14 se desarrolla la complicación.
Al comienzo de la complicación se presenta una instancia de evaluación, el presente histórico "me doy cuenta". De acuerdo a lo expresado en 4.2.1, Silva Corvalán señala que la función del presente histórico en las narraciones orales en español es la de destacar la relevancia de ciertos acontecimientos que hacen interesante la narración. Precisamente esta es la función de este presente histórico.
Es necesario hacer notar que tanto en la narración de Borges como en esta que estamos analizando la complicación aparece demarcada en su comienzo y en su fin. En este caso la demarcación está expresada por la instancia evaluativa del presente histórico, al comienzo, y por el ordenador discursivo "bueno", al final. Ambos recursos son propios de la oralidad.
La resolución ocupa las líneas 15 y 16, "Fue todo .....mucho dolor".
Finalmente, la moraleja está constituida por el enunciado "Ya nunca más corrí por el tablado", en la línea 16.

5.3 En la narración del alumno liceal hay también una serie de estrategias propias de la oralidad y del modo pragmático de comunicación, además de las ya mencionadas, que es preciso destacar.
En la línea 2 el adverbio "allí" puede ser interpretado como una anáfora al sintagma "en la temporada de carnaval" o como una catáfora al sustantivo "tablado". En ambas interpretaciones se requiere por parte del enunciador mucha colaboración del alocutario, mucho conocimiento compartido. Si se remite anafóricamente a un sintagma temporal con un adverbio locativo es, seguramente, porque se considera que basta con nombrar la temporada de carnaval para presuponer el lugar "tablado". Si se trata, en cambio, de una catáfora la rareza se produce por el lugar en que se encuentra el referente léxico "tablado". Normalmente debería haberse presentado como tema del enunciado siguiente más que como información adicional; se formula en el texto como locativo de un gerundio que funciona a su vez como una circunstancia del predicado.
Otro caso interesante se presenta entre las líneas 6 y 7 "mis padres con lluvia no se quedan". Se trata en esta ocasión de un presente habitual y no de un presente histórico. "Quedarse" es un verbo que exige la presencia de un locativo en su red temática; "quedarse" es "quedarse en algún lugar". Ahora bien, este locativo o aparece realizado léxicamente o, de lo contrario, debe ser fácilmente recuperable ya sea porque el argumento se llena con un locativo del contexto o porque, en el caso del presente, se llena con el lugar donde se realiza la enunciación. En el texto que se está analizando, como se vio, la identificación del lugar presenta ciertas dificultades, de manera que, por las razones expuestas anteriormente, nuevamente se exige demasiada colaboración por parte del alocutario si se trata de llenar el argumento con un locativo que no está claramente identificado en el contexto. Si, por el contrario, el argumento debe ser llenado por el lugar de la enunciación, habilitado por el presente del verbo, hay que tener en cuenta que la enunciación no se realiza en el tablado sino en el salón de clase donde este liceal escribe. Sería un caso de olvido del distanciamiento que existe entre el que escribe y los hechos que refiere (Groppi-Malcuori: 1992).
Por fin, es interesante contrastar la aparición de la expresión "rompí mi frente" (línea 8) como marca léxica de la conciencia de literalidad frente a la expresión "me entraron a desinfectar" (líneas 11 y 12) perífrasis típica de la oralidad coloquial que aparece cuando el autor del texto se involucra con los hechos que narra, recordando, seguramente, el miedo que le produjo la curación.

5.4 A partir del análisis realizado, se desprende con claridad que ambos textos narrativos poseen la misma estructura, incluso presentan una notable similitud en el empleo de ciertos recursos como el de demarcar la complicación, aunque, como es evidente, la destreza en el manejo de la literalidad es diferente en un autor y en el otro.
Sin embargo, es de hacer notar que, aunque ambas narraciones sean idénticas en cuanto a su estructura, en el texto de Borges aparece una secuencia descriptiva mientras que en el otro texto no hay ninguna instancia de descripción. Esto se vincula con las características de la descripción y la narración apuntadas más arriba.
La narración presenta un plan de texto más rígido orientado por el orden cronológico, mientras que el plan de texto de la descripción es más laxo, depende más de la elección del descriptor (arriba/abajo, derecha/izquierda, norte/sur, particular/general, etc.). La narración es muy frecuente como texto independiente, lo cual facilita la temprana internalización de su estructura; la descripción, como ya vimos, no lo es. La descripción exige habilidades léxicas y conocimientos específicos, mientras que la narración, que no exige nada de esto, se presenta como un saber más universal.
Por todas estas razones no es frecuente encontrar secuencias descriptivas en las producciones escolares y liceales. Cuando son exigidas por el profesor o el maestro normalmente no resultan del todo felices porque se resuelven recurriendo a estereotipos que salven tanto la carencia de la competencia léxica específica como el conocimiento de saberes particulares.
APENDICE
LOS DOS REYES Y LOS DOS LABERINTOS J.L.Borges Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los
primeros días hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mandó construir un laberinto tan perplejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus alcaldes y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que derribó sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron tres días y le dijo: "¡Oh, rey del tiempo y sustancia y cifra del siglo!, en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que te veden el paso."
Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed. La gloria sea con Aquel que no muere.


NARRACION Alumno de 2o. año liceal
Recuerdo que en mi infancia, en la temporada de carnaval yo siempre estaba allí no faltaba un solo día ya que mis padres siempre iban.
Un dia como de costumbre corriendo yo por el tablado me doy cuenta que había empezado a llover. Por la desesperación que yo sentía en ese momento ya que mis padres con lluvia no se quedan, intenté correr al lado de ellos pero fué solo la intención ya que había resbalado y rompí mi frente con el refilón de un escalón. Enseguida estaba bañado en sangre todo mi cuerpo, me tomaron en los brazos me pidieron datos y me llevaron al hospital. Allí sin anestecia me entraron a desinfectar. Mientras pasaba esto conmigo en el tablado recién se estaba enterando mi padre. Bueno, llegó mi padre y yo estaba llorando y le pregunté que me iban a hacer y contestó que me iban a colocar puntos.
Fué todo en un ratito ya que los puntos no me dieron mucho dolor. Ya nunca más corrí por el tablado.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

BENVENISTE, E. 1979. "El aparato formal de la enunciación" en Problemas de lingüística general II, Siglo XXI, Buenos Aires.

COSTA, S., A. BOLON y A. RONA. 1992. El discurso de los derehos humanos en el proceso de reinstitucionalización democrática (1985-1987), Universidad de la República, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Montevideo.

GROPPI, M. y M. MALCUORI. 1992. "Acerca de las dificultades en la producción de textos escritos" en Publicaciones /1, Sociedad de Profesores de Idioma Español del Uruguay, Montevideo.


HAMON, Ph. 1991. Introducción al análisis descriptivo, Edicial, Buenos Aires.


ISENBERG, H. 1987. "Cuestiones fundamentales de tipología textual" en E. Bernárdez (comp.) Lingüística del texto, Arco/Libros, Madrid, pp.95-129.


LABOV, W. 1982. "Speech actions and reactions in personal narrative" en D. Tannen (comp.) Analyzing Discourse: Text and Talk, Georgetown U.P., W.D.C., pp. 219-247.


SILVA CORVALAN, C. 1987. "La narración oral española: estructura y significado" en E. Bernárdez (comp.) Lingüística del texto, Arco/Libros, Madrid, pp. 265-292.

[1] “Tipología de los textos escritos” en La escritura del Español, Carlos Hipogrosso y Alma Pedretti comps., F.H.C.E., Departamento de Publicaciones, 1994, Montevideo, Uruguay. Adelanto de investigación. Este trabajo fue realizado en el marco del proyecto ODE, F.H.C.E.